-->

Compartiendo vida, capítulo 5


5.


Lunes.
En la oficina.



-Buenos días

Mario se vuelve y descubre que quien le habla es un compañero de trabajo.

-Buenos días.

En joven le tiende una mano y Mario se la estrecha. Ambos llegan a entrada del edificio y entregan sus carnets de identificación al guardia. Caminan juntos hasta el elevador y antes de que las puertas se cierren con ellos dentro, aparece un hombre mayor y logra entrar. El compañero de Mario marca el número 2 en el tablero y el hombre mayor marca el 4. Mario lo observa con curiosidad. El rostro de ese señor le parece conocido. Un ligero timbre indica que ya llegaron a segundo piso, por lo que Mario y su compañero salen del ascensor.

-¿Conoces a ese hombre? – pregunta Mario sin lograr recordar dónde lo ha visto.
-Claro. Es el abogado dueño de la Notaría que funciona en el cuarto y quinto piso. 
-Es la primera vez que lo veo aquí…
-No ha venido estos últimos meses. Su hijo debe de estar mejor para que haya regresado…
-¿Está enfermo?
-Prácticamente desahuciado. Tiene los riñones atrofiados y si no fuera por las diálisis… 

El compañero de Mario le da unas palmaditas en el hombro.

–Que bueno que tu esposa y tu hijo están bien.

El piso al que acaban de entrar se divide en varias oficinas, la mayoría de las cuales ya se encuentran en plena actividad. El compañero de Mario se queda en una de las primeras, mientras él se dirige a una de las quedan al final del piso. El corredor, de común bastante amplio para desplazarse, se encuentra esta vez mucho más concurrido de lo normal, así que a Mario le cuesta algo de trabajo llegar hasta su destino, pero al fin, luego de esquivar una secretaria cargada de folios, un par clientes irritados y varios contadores estresados, se encuentra frente a la puerta de la oficina en la que le toca pasar el día declarando impuestos y registrando ingresos y egresos.

Duda un instante en tocar, pero de repente recuerda las palabras de su compañero: 

“Que bueno que tu esposa y tu hijo están bien”

¿Qué bueno? Para él es mucho más que bueno, para él es vital. Que ellos estén bien, es su único fin, y para lograrlo esta dispuesto a lo que sea. Antes de darse cuenta ya esta instalado en su mesa, cotejando y registrando recibos. 

Las horas, aunque parecen eternas, avanzan y se suceden una tras otra hasta que llega el final de la jornada.

Mario recoge los papeles con presteza y los dispone de manera que al día siguiente pueda continuar con su trabajo. Se pone la chaqueta, se cerciora de que no estar olvidando nada en el escritorio y finalmente sale. Sus compañeros los ven irse apresurado como siempre, pero ahora comprenden el motivo. 

Son las 6 pm. Mario pasa frente al elevador repleto de oficinistas que y se dirige a las escaleras. 

-¿También prefieres el ejercicio? 

El que le habla es el compañero con que se encontró en la mañana. Mario esboza una leve sonrisa.

-El ascensor esta lleno y es solo un piso de bajada.
-Eso es lo malo de que la mayoría de trabajadores de este edificio salgamos a la misma hora. 
-…Sobre lo que me contabas en la mañana… El hijo del abogado… ¿Cuántos años tiene?
-Es un muchachito, creo que acaba de cumplir 16 ¿Por qué?
-Tenía curiosidad…
-¿Te quedaste pensando en él, no? Yo lo conocí cuando era un petiso. Su papá solía traerlo. Era una bala, nunca estaba quieto. Recuerdo que se paseaba por todo el edificio y se metía a las oficinas... 
-¿Y hace cuánto está enfermo? 
-Creo que siempre tuvo una ligera insuficiencia renal, pero los últimos años empeoró mucho. En el almuerzo me encontré con uno de los abogados que trabajan en la notaría, me contó que al parecer el muchacho está muy mal, necesita un transplante de riñón pero la lista de espera es muy larga. 
-Y quizá ya no esté cuando llegué su turno…
-Sí. Imagina lo desesperado que debe estar su papá. La notaría es una de las más reconocidas, él es un abogado prestigioso, tiene mucho dinero, pero no puede conseguir un riñón para su hijo moribundo. 
-No puede…

El compañero de Mario se vuelve hacia él e interpreta correctamente su mirada.

-¿Comprarlo?… Se rumorea que lo está intentando… el hombre está desesperado y en su lugar, creo que yo no lo pensaría mucho.

Al salir del edificio, Mario se despide de su compañero y se dirige al paradero. Empieza a hacer un poco de frío, así que se cierra la chaqueta y mete las manos en los bolsillos. Sería un alivio el tomar un bus y llegar a casa, pero ahora su destino es el hospital. Ana y el bebé aún siguen internados. 

Mario llega al paradero y se sienta en la banqueta. Se supone que hace tres días, su esposa y su hijo deberían estar en casa, pero no pueden ser dados de alta. Pese a la complicación del parto, se encuentran en perfecto estado de salud, pero el médico no puede firmar el alta por que Mario aún no ha saldado la cuenta. Así de simple. 

Mario se muerde los labios al recordar su deuda. Esa que se detalla en el papel que contenía el sobre que su suegra le entregó. La mismo que por todos los medio trató de ocultar a su hermano, pero que al final este descubrió. Y la que va a ser pagada con el dinero que mañana por la mañana le va a depositar él.

“El bienestar de ellos es todo lo que importa”

Es la milésima vez que se lo repite, pero aún le cuesta aceptar que otra vez tiene que depender de alguien más para lograrlo. Le cuesta aceptar que tiene que tragarse su orgullo, bajar la cabeza y hasta humillarse para lograrlo. Por que el solo hecho de no ser capaz de darle a su familia todo lo que necesita le parece humillante. Y lo peor es que durante mucho tiempo estará en esa situación. Por que todavía le debe los 35 mil al banco y vive en casa de su suegra.

“Si tan solo tuviera esa maldita plata…”

Entonces, como una ráfaga, se le cruza una idea por la mente.

“-¿Comprarlo?… Se rumorea que lo está intentando…”

Etiquetas:

Share:

5 visitantes opinaron

  1. Precioso capitulo, me has dejado con la intriga y quiero saber que le pasa al final a Mario!! :)
    Un besazo muy grande

    ResponderEliminar
  2. Precioso! realmente me encantan tus textos! Felices Fiestas!

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias por comentar en mi blog:) te sigo

    ResponderEliminar
  4. Holaaa!<3
    gracias por pasarte por mi blog siempre!^^
    por cierto he entregado los fantastics awards 2011 y has recibido uno!^^
    te pasas a recogerlo?(;

    ResponderEliminar
  5. HOla chicas, disculpen que conteste tarde sus comentarios. Me alegro de que les haya gustado y sobretodo les agradesco que se den el tiempo de visitarme.

    Espero que tengan un muy lindo 2012 y espero también preparar algo para antes que acabe este año.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Gracias por escribir. Me comunicaré contigo tan pronto lea tu mensaje. ¡Ten un buen día!