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Compartiendo vida, capítulo final



10.


Viernes, 22:03 horas.
Sala de operaciones. Sala de recuperación.



-Bien, la operación ha culminado.

El cirujano del chico pálido estrecha la mano de su colega, felicita a todo el personal por el éxito de la intervención y recién entonces se percata de que la sala de operaciones está inundad por la misma música romántica que escucha su hija adolescente. Pero el hecho de que no haya podido escuchar ni uno solo de los boleros que tanto le gustan, no le impide disfrutar de la satisfacción de haber llevado a buen término ese transplante de riñón.

El cirujano del joven robusto se acerca a su colega y le da un par de palmaditas en el hombro. Ambos vuelven la mirada hacia las camillas que las enfermeras ya están conduciendo fuera de la sala. El donante y el receptor están inconcientes, pero a salvo. Dentro de unas horas despertarán y, en un par de días, siguiendo las indicaciones respectivas, el donador podrá reanudar sus actividades. Al receptor aún le esperan varios meses de recuperación y chequeo constante, pero ambos médicos están seguros de que su cuerpo se portará bien y no rechazará su nuevo riñón.

Diana espera con ansiedad la aparición de la camilla que transporta a Mario. En la sala de espera también se encuentran el abogado, su esposa, y Jhon. Nicolás está en casa con la abuela. Diana está apunto de reanudar su caminata hasta la sala de operaciones, cuando la puerta se abre. De inmediato salen dos camillas arrastradas por un par de enfermeras seguidas de los cirujanos.

-Mario…
-Hijo…

Diana y la esposa del abogado se precipitan cada una en las respectivas camillas, mientras Jhon y el abogado abordan a los cirujanos.

-¿Cómo salió todo? – pregunta el señor, sintiendo que el corazón se le detiene el segundo que uno de los médicos demora en responder.
-Excelente. No hubo rechazo, y el riñón entró en funcionamiento apenas fue colocado.
-¿Y mi hermano estará bien? – pregunta Jhon igualando la ansiedad del abogado.
-Por supuesto. Deberá seguir una dieta rigurosa y estar en reposo unos cuantos días, pero pronto podrá reanudar su ritmo de vida habitual. Su hermano se encuentra ahora tan saludable como lo estaba antes de ser intervenido.

Las esposas siguen las camillas, mientras hermano y padre continúan interrogando a los médicos. Una vez sus dudas son aclaradas, estos se dirigen a las habitaciones de sus respectivos familiares, que por lo demás se encuentran a pocos metros una de otra.

Diana ayuda a las enfermeras a acomodar a Mario en la cama y se acomoda en una silla a su lado. Jhon aparece unos minutos después y se coloca a los pies de su hermano.

-¿Qué te dijo el médico? ¿Él está bien? – pregunta Diana, sin apartar la vista de su esposo.
-Sí, no te preocupes, él estará tan bien como antes. Incluso podrá hacer ejercicio, algo suave al comienzo, pero luego podrá nadar, correr, jugar fútbol. Todo tal y como si tuviera sus dos riñones.

Los labios de Diana dibujan una sonrisa. Sus manos apartan algunos cabellos de la frente de Mario y luego acarician su rostro.

Pese a toda la rabia y la decepción, no puede dejar de estar a su lado. Lo ama. Es arrogante, orgulloso, impetuoso, desesperado, pero lo ama. Y sabe que es correspondida. Si no fuera así, él no hubiera estado dispuesto a tanto. Si no fuera así, él no hubiera cargado sobre sus hombros todo el peso de la responsabilidad que debían compartir. No era egocentrismo, ni machismo lo que lo empujó a dejarla fuera de sus planes, si no más bien el amor que sentía por ella y su inmenso deseo de protegerla. Él podía haber cometido muchísimos errores, incluso podía haberla lastimado, pero todo había sido consecuencia de las malas decisisones que tomó por la angustia de encontrar una solución rápida para sus problemas. Nicolás y ella eran las dos personas que Mario más amaba en la vida, y ello era todo lo que necesitaba saber para comenzar de nuevo. No a partir de los pedazos de su relación rota por las circunstancias, si no desde la fuente misma del amor que se tienen: su disposición a dar la vida por su familia, si fuera necesario.

Los párpados de Mario se estremecen de repente como si sintiera las manos de Diana sobre sus mejillas. Pero aún no despertará. La anestesia todavía hará efecto por unas horas. El ruido de unos pasos se deja oír cuando el abogado ya está dentro de la habitación.

-¿Cómo está su muchacho? – pregunta Diana volviéndose hacia él.
-Bien. Y estará mejor gracias a su esposo.

Diana le dedica una sonrisa.

-¿Puedo visitarlo cuando despierte? –pregunta.
-Por supuesto. No se preocupe por su esposo, el médico dice que estará muy bien.

Diana asiente. El abogado le dirige una última mirada a Mario. Le debe mucho al hombre que esta recostado en esa cama. Siempre estará en deuda con él, quisiera expresarle el agradecimiento que siente, pero él no lo escuchará. Temiendo que su emoción le arranque una lágrima, el robusto señor hace una leve inclinación de cabeza y sale de la habitación.

-No imagino lo que debe sentir ese hombre ahora – comenta Jhon luego de verlo irse.
-Supongo que cuando tengas hijos lo entenderás – responde Diana con amabilidad, luego vuelve a concentrarse en Mario.

El timbre del celular de Jhon lo obliga a salir al pasillo y por los siguientes quince minutos no aparece en la habitación.

Diana continúa observando el rostro de su esposo de hito en hito. Es guapo. Y Nicolás se parece mucho a él. Y el hijo del abogado se parece mucho a Nicolás. Diana vuelve a apartarle un mechón rebelde de la frente y espera con paciencia que los minutos pasen y Mario despierte.

Mario despertará, le sonreirá y le dará un beso. Pocos días después será dado de alta. Algunos días de visita verá al hijo del abogado y se enterará de que el muchacho se llama Fabio, de que tiene una novia en secreto y de que quiere estudiar psicología aunque su padre muere por que sea abogado como él.

Unas semanas después, Fabio será dado de alta y conocerá a Nicolás. Y no estará demasiado de acuerdo con que el bebé llorón de su donante se le parece, sobretodo después de que este rompa en llanto la primera vez que lo cargue.

Unos meses después, Mario, con la ayuda de Jhon, terminará de pagar los intereses de su deuda con el banco. El abogado nunca le dará dinero por el riñón que le donó a su hijo, por que así lo estipula el segundo acuerdo que hicieron luego de que postergaran el primer intento de transplante y anularan el primer contrato.

Un año después, Diana, Mario y el bebé se mudarán a un pequeño departamento en el edificio en que vive Jhon. Cinco años después, Mario será contratado en un corporativo, terminará de pagar sus deudas, comprará una nueva casa y su familia perderá contacto con Fabio y su padre.

Varios años después, Diana dará a luz a su segundo hijo. Fabio ingresará a la universidad como estudiante de psicología, y formará parte del equipo de básquet de su facultad.

Muchos, muchos años después, Nicolás se cruzará en la calle con un hombre joven de ojos grises parecidos a los suyos, y cuando Mario, que ese día lo acompañará, le haga notar ese detalle, el hombre joven se volverá hacia él y lo reconocerá. No por su rostro ni su voz, si no por que en realidad el bebé llorón, a los 16 años, resultará idéntico a él cuando tenía la misma edad.




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8 visitantes opinaron

  1. Hola Visitantes! este es el ultimo capitulo de la novela. Espero que hayan disfrutado de la misma y les agradezco muchísimo por pasarse de vez en cuando por aquí.

    Ojalá pueda publicar otra historia pronto, un abrazo. =))

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  2. No llegué a leer mas que este capítulo pero voy a aprovechar que estoy un poco enferma para leer los otros porque me quedé con intriga y ganas de entender la historia :) aparenta estar buena!

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  3. Es una linda historia, leeré los capítulos anteriores. Te sigo

    Saludos desde el lado oculto de la Luna.

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  4. Adoré la historia, tuve tiempo como para leerla y me encantó :D se viene otra verdad??

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  5. Me encantó, no pude leerla tal como ibas publicandola. Pero en un ratito libre lo hice de principio a fin.
    Besos.

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  6. Gracias a todas por leer "Compartiendo vida"!!!

    Tengo varios proyectos en mente que me gustaría materializar y luego publicar en el blog, así que me esforzaré por hacerlo pronto y con la mejor calidad posible. Les agradezco muchísimo que se hayan tomado el tiempo de leer y comentar.

    Un abrazo.

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  7. Maravillosa redacción, maravillosa historia, estupenda escritora!!!!!!de veras que me sorprendió la naturalidad del relato !!!!y la realidad de los personajes .ENHORABUENA AMIGA!!!:)

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    1. Muchas gracias querida Bella!! no sabes como me hacen sentir tus palabras! todavía no me considero una escritora, pero me esforzaré mucho para llegar a ser una, y de las buenas. =))



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Gracias por escribir. Me comunicaré contigo tan pronto lea tu mensaje. ¡Ten un buen día!