imagen obtenida de comandito-39.blogspot.com
Hola visitantes ^^
Hace como mil años (bueno, no tanto) que no publico nada, y es que estos últimos meses he tenido un acceso bastante restringido a Internet y recién ahora pude postear algo. Y el tema en torno al cual gira esta entrada es la sonada jarana del servicio militar.
Bueno, comencemos desde el principio. Como todos sabemos, nuestras beneméritas instituciones castrenses (a pesar de los por demás patrióticos jóvenes que se inscribieron en el servicio voluntario) todavía tienen cierto (y al parecer gran) número de vacantes libres, por lo cual, y en concordancia con una… ¿cómo llamarla?... (hay muchos calificativos, pero seré educada) polémica ley, se ha dispuesto la realización de un sorteo a nivel nacional (para jóvenes de entre 18 y 25 años) en el que los suertudos escogidos se harán forzosos acreedores a 2 años de una maravillosa y prometedora vida militar. O sea, completarán las vacantes libres en las instituciones de nuestra milicia. Pero, como en nuestro país se respeta las decisiones de sus ciudadanos y no se les coacciona de ninguna forma, aquellos que deseen perderse semejante oportunidad deberán pagar la bagatela de s/. 1 850. Por cierto ¿Cuánto es el sueldo mínimo mensual? Ah, sí: s/. 750. Ah, y si no puedes pagar esa cosita de nada, el castigo es la denominada “muerte civil”, es decir, legalmente no existes. Ahora, ¿Qué pasará si algún chico que estudia resulta elegido? Pues, no hay problema: ¡los universitarios serán exonerados! Ya, sí, mostro. ¿Y los de instituto? Bueno… es un honor a servir la patria. Pero digamos la verdad completa, hay que ser imparciales. Los beneficios de pertenecer a nuestro ejército son infinitos, por ejemplo, tendrás una suculenta propina de unos s/. 200 o s/. 300 al mes (¡wow!), podrás estudiar una carrera (¡recontra wow!), te beneficiarás de la disciplina militar y ¡aprenderás a manejar un arma!
Bien, dejando de lado el chiste, me parece una soberana estupidez coger a un puñado de muchachos para que se enlisten contra su voluntad. Y es que, aunque le pinten maravillas, algo de malo (o de no tan bueno) debe tener el servicio militar para que no hayan suficientes voluntarios con que cubrir sus plazas. Y sobre la multa, ¿se piensan que todos los peruanos tenemos casi dos mil soles a la mano de que disponer? El domingo vi un reportaje en el que un pituquito estudiante de la Universidad de Lima dijo algo así como que el servicio militar les iba a convenir a los menos favorecidos. Y es que él ni de vainas piensa volverse soldado, ¡para están los que no pueden pagar la multa! Claro, el carro que debe manejarse el niño ése de naricita respingada seguro vale muchísimo más de s/. 1850.
¿Saben qué? Personalmente creo que hay muchas y más útiles maneras de servir a mi comunidad, a mi ciudad y a mi país. ¿De qué diablos sirve un buen soldado si lo que necesitamos son hombres que promuevan la paz? No sé ustedes, pero yo prefiero aprender a curar una herida que a disparar. Y pienso que antes que nada lo correcto es educar la conciencia, la moral, y la voluntad de un pueblo para que viva sin violencia, para que se defienda sin atacar y para que demuestre los seres humanos no solo sabemos destruir y lastimar. Pero bueno, cada quién decidirá que hacer si resulta elegido. No sé si lo del sorteo es solo para muchachos, pero si resulta que a las chicas también nos toca, y mi hermana o yo somos tan piñas como para ser seleccionadas, simplemente no vamos. Y cómo la multa por rehusarse es tan irracional, no la pagamos y ya. Vaya, eso suena a sedición… en fin.
Ya les contaré que pasa, un abrazo =)