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La llama en la niebla, de Renée Ahdieh | Reseña y crítica

Reseña y crítica de Entre la llama y la niebla

Sinopsis de La llama en la niebla


Mariko siempre ha sabido que, como hija de un importante samurái, su único propósito en la vida era casarse. Aunque su astucia rivalice con la de su hermano y, como a menudo le recuerdan, su físico no sea muy femenino.

En cuanto cumple diecisiete años, su familia la envía al palacio imperial para que conozca a su prometido. No obstante, la reunión no llega a producirse debido a un inesperado obstáculo: en el viaje, un clan de mercenarios ataca la comitiva y ella es la única superviviente.

Disfrazada de joven campesino, Mariko se infiltra entre sus atacantes para averiguar quién ordenó su asesinato. Pero lo que descubre junto a sus peligrosos compañeros va mucho más allá de lo que esperaba.


La trama

La característica más interesante de esta novela juvenil, y que he disfrutado por encima de todo lo demás, es que la trama está ambientada en una época de samuráis y emperadores, con lo que, por supuesto, los personajes al completo son asiáticos. Por otro lado, aunque no creo que la narración pretenda ubicarse históricamente en una época real, sí que toma muchos elementos del medioevo japonés y los mezcla con toques de fantasía propios de la mitología de ese país.

Esto, personalmente, me encanta porque la cultura asiática es muy poco explorada en la literatura en general (salvo que sea escrita por autores de esa región), ya no digamos en libros juveniles. Y si habla de aspectos más detallados de su historia pues mucho mejor =D.

Los personajes

En cuanto a los personajes, me parece que están bien perfilados, aunque me costó un poco de trabajo hacerme una imagen mental de ellos (mi mente ha sido incapaz de esbozar un buen retrato a partir de las descripciones de su físico, que fueron pocas y algo vagas creo recordar, lo cual ha sido una pena).

Mariko, la protagonista, me gustó por su curiosidad, por su mente inquieta, siempre analizando todo y buscando respuestas. El hecho de que fuera una especie de inventora me pareció genial y más en un contexto de menosprecio a la mujer. Además de que a la chica no le falta arrojo, y aunque de vez en cuando parece un poco impetuosa, y tiene una que otra contradicción, me pareció un buen personaje.

Los secundarios diría que cumplieron. Los miembros del Clan Negro, a quienes ella culpa de intentar asesinarla, estaban bien, ni me gustaron ni me disgustaron, pero lo que sí me agradó fue el lazo entre el líder Ranmaru y su segundo Ōkami. Una relación de amistad limpia y sincera a pesar de la complejidad de su origen.

En cuanto al romance, creo que fue un punto a favor el hacerlo pausado. Pero me parece que la transición desde el “no te quiero” al “te quiero” no fue tan buena. Y es que al principio Mariko les tiene tirria y desconfía de los miembros el clan con toda razón, pero luego las actitudes agresivas van a pasando a ser parte de la interacción normal entre todos y de pronto Mariko se pierde en la profundidad de los ojos de Ōkami y quiere morderle el labio y otras cosas. Y él, claro, primero piensa que es una espía, luego la coge del cuello levantándola en peso, y poco después le da un beso que le deja sin alma.

No digo que la cosa se haya precipitado, pero sí que, aun cuando ya se gustaban, habían buenas razones para frenarse antes de lanzarse a los brazos del otro.

Opinión y crítica

Llego a la parte feminista. He leído reseñas en las que catalogan como tal a la trama, a la protagonista y al libro en sí. No me atrevería a decir lo mismo, pero sí reconozco que Mariko pretende ir más allá de su papel como mujer de su sociedad, que va a contracorriente, que pasa por alto las convenciones y estereotipos siempre que lo necesita (y con todo placer). Esto debido a su mentalidad reivindicadora que busca siempre compensar la desventaja de la posición femenina.

Aquí surge la incongruencia. Y es que, ideológicamente, Mariko es una muchacha del siglo XXI. ¿Cómo es que una chica de 17 años que ha crecido en un entorno tan rígido, represivo, patriarcal, que se ha nutrido de tradiciones machistas tan profundamente arraigadas ha llegado a su edad completamente desligada de ellas? Más aún cuando por pertenecer a la clase privilegiada se le exige mayor sumisión.

Y la cosa empeora por el hecho de que Mariko está todo el tiempo enarbolando su estandarte de insumisión y rebeldía. En sus monólogos no faltan frases de reclamo por verse sometida y menospreciada; pareciera alzar una banderola en medio de una protesta. Eso la hace verse afectada, forzada, como si tuviera que demostrar lo disconforme que se encuentra con su situación. Vamos, que no tiene pizca de sutileza.

A pesar de que, en general, me ha gustado su personaje, lo lógico habría sido que tuviera una mentalidad más acorde a su sociedad y que sus cuestionamientos (latentes o no) surgieran más gradualmente o en situaciones puntuales. Ver la transformación de su mente habría resultado genial y le habría dado mayor profundidad a la historia.

Otra cosa que me ha chirriado es la edad de los miembros del Clan Negro. De los líderes, en realidad. Es decir, yo comprendo que en ese mundo y en su situación tan dramática, Ranmaru y Ōkami se han convertido en figuras imponentes dignas de respeto, pero de ahí a liderar un grupo tan poderoso hay un largo trecho. Al fin y al cabo son solo muchachos, duros eso sí, pero sin más experiencia que la de unos adolescentes con vidas terribles.

Aunque podría ser que haya una explicación más sólida en la parte sobrenatural de la novela, de la que solo se han visto atisbos, y los personajes que parecen estar tras bambalinas. Lo más probable es que todo esto se muestre con claridad en la segunda parte. Esperemos.

Recomiendo este libro

Sí. La llama en la niebla es una muy buena novela juvenil a pesar de los “pero” que le pongo: está bien escrita, tiene una ambientación maravillosa, aprendes muchísimo sobre la cultura japonesa, y algo que me olvidaba mencionar tiene unos diálogos interesantes (divertidos, profundos, sarcásticos, para escoger).

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