5 tips para hacer la portada perfecta para tu libro y que enamore a tus lectores

Me encanta leer libros de escritores noveles, así que siempre me entusiasmo cuando me encuentro publicaciones de este tipo en los grupos a los que pertenezco, pero he tenido la mala suerte de toparme a menudo con diseños de cubiertas de libros terribles, lo que hace que mis ganas de leer a esos escritores desaparezcan casi del todo. Además, trabajo en diseño editorial así que, ver los errores tan básicos que se cometen en las portadas de libros, hace que me tire de los cabellos de frustración.

Por eso hice este post. Aquí voy poner algunas recomendaciones, trucos y recursos para escritores que hacen sus propias portadas. Así que comencemos por:

¿Cómo hacer una portada de libro que enamore?

Esto, definitivamente, requiere los servicios de un profesional. Pero, ¡no desesperes! Si bien es necesario conocimientos especializados en diseño para crear una cubierta de libro de gran calidad, sí que puedes hacer una respetable tú mismo.

Primero sería buena idea que investigues un poco sobre diseño de portadas profesional y que luego eches un vistazo a ejemplos de buenos diseños de portadas. Y, para complementar ese conocimiento, yo te aconsejo que te enfoques en un aspecto primordial de la cubierta de tu libro: la composición.

Tanto en el arte como en el diseño gráfico, la composición, básicamente, es el orden en que están distribuidos todos los elementos que conforman una obra o un diseño. En el caso de tu libro, la carátula tiene tres partes principales:

1. 1. El título
   
2. 2. La imagen principal
   
3. 3. El nombre de autor
   

Se podrían agregar más como, por ejemplo, el logo editorial o los subtítulos, pero, básicamente, son esos tres. Y aunque en el diseño hay libertad para hacer de todo, es aconsejable que, más o menos, sigan ese orden.

Entonces, la composición vendría a ser la distribución de esos tres elementos en tu portada de modo que se complementen y formen un conjunto armonioso.

Ahora, como ya hemos quedado en que no eres un diseñador profesional, te convendrá tener en cuenta los siguientes consejos para lograr esa armonía y hacer la mejor portada de libro posible:

Cuida la imagen principal de tu cubierta

La imagen principal será lo primero que capte la atención de los lectores, de modo que, sea una foto o una ilustración, debe ser de buena calidad. Es decir, tiene que estar en alta resolución y verse con nitidez. Además, tienes que considerar que encima de ella colocarás el título del libro y el nombre de autor, así que debe tener espacios adecuados para ello.

Por ejemplo, tal vez tu imagen idónea sea el primer plano de un rostro: si hay espacio en el que colocar lo que te mencioné, no hay ningún problema; pero si el rostro abarca toda la toma sin que te quede espacio libre, entonces lo mejor será buscar otra imagen. Aunque, claro, siempre se pueden usar efectos y técnicas de diseño que solucionen este asunto (como en la portada del libro Culpa mía), pero para eso necesitarás ayuda de un profesional.


Otra cosa importante es que debes procurar que la imagen capte la esencia de tu libro. No pongas cualquier foto por poner, busca una imagen que se relacione con la trama de tu novela, o cualquiera sea el tema del que trate tu libro.

El texto del título del libro debe ser legible

Dentro de un cubierta, lo segundo más importante, luego de la imagen principal, es el título del libro. Si este no se ve bien o no se logra leer con claridad, es posible que tu potencial lector pase de largo, de modo que tienes que cuidar tres aspectos básicos en cuanto al título en la portada:

El tamaño:

El tamaño del título de tu libro debe ser lo bastante grande como para que se lea de un vistazo rápido. Puedes usar mayúsculas si así mejoras la legibilidad.

El tipo de letra

Debes escoger un tipo de letra (fuente) que sea fácil de leer. Puedes usar cualquier tipo de letra, pero recuerda que lo importante no es que sea de tu gusto sino que se lea claramente en tu portada.

Los colores

Los colores chillones no siempre ayudan. Esto te lo digo porque he visto muchas cubiertas en las que se han usado rojos y amarillos que, en lugar de resaltar el texto, lo han escondido. Por eso debes procurar elegir un color que contraste con tu fondo, es decir, la imagen principal.

Coloca correctamente el nombre del autor

Por supuesto que eres importante, querido escritor, por supuesto que una de las metas es que los lectores te conozcan y se familiaricen contigo, pero primero debes lograr captar a esos lectores y que se enganchen con tu libro. Esto lo lograrás quedando en un modesto segundo plano, en cuanto a lo que se refiere a la cubierta de tu obra, claro.

Y es que, a no ser que seas Gabriel García Marqués o Stephen King u otro escritor superhiperconocido, no será tu nombre lo que venda, sino tu libro en sí comenzando por su portada. Ya luego, cuando tus lectores se hayan enamorado de lo que escribiste, te buscarán y grabarán tu nombre en su corazón.

Es por esto que el nombre de autor debe tener un tamaño de letra menor y estar colocado de tal forma que armonice con todo el conjunto, no que resalte. De modo que su ubicación dependerá de la imagen principal y del título, aunque lo más sencillo es que lo coloques al pie de la portada.

Los subtítulos y otros elementos deben complementar, no estorbar

Pues eso. Si vas a colocar algún elemento extra, recuerda que debe aportar algo a la portada de tu libro. De no ser así, mejor no lo pongas.

Además, su tamaño siempre debe ser pequeño, pues no se busca que resalte, sino solo que brinde información extra luego de que el resto de la portada haya captado la atención de tu futuro lector.

Conclusiones

La cubierta de un libro tiene tres partes básicas que son la imagen principal, el título y el nombre de autor.

Para lograr hacer una buena cubierta, las tres partes de tu libro deben armonizar: Destaca la imagen principal.
Haz que el título sea grande y se lea muy bien.
Pon el nombre del autor en un tamaño mediano a pequeño y en un sitio modesto.

Cualquier otro elemento que agregues debe aportar información o valor estético, sino hace ninguna de estas cosas, no lo pongas.


El solo hecho de escribir un libro es una labor titánica, y si a eso le sumas todo el trabajo extra que conlleva la parte de la publicación... definitivamente, tú, escritor autopublicado, eres mi héroe.

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